Cómo motivar y fomentar el talento de las altas capacidades en el aula

Las altas capacidades no suelen mostrarse en el aula con notas altas. Este alumnado necesita del apoyo del profesorado y éste, a su vez, necesita formación específica al respecto. Silvia Martín, docente y coordinadora académica, analiza este asunto a continuación.

“Todas las personas tienen la necesidad de desarrollar su potencial. La labor de los educadores es tentar al niño a avanzar, ofreciéndole seguridad en cada paso, garantizando así el desarrollo del niño saludable, que se descubre a sí mismo y su potencial” (Abraham Maslow, 1972)

La motivación de un estudiante con altas capacidades es, en gran medida, una responsabilidad que depende de los docentes. Su potencial intelectual debe ser estimulado, guiado y dirigido para que pueda desarrollarse por completo, y esto no puede hacerse tratándoles como a un alumno más de la clase.

Tener un alumno de AACC (Altas Capacidades) en el aula podría considerarse una ‘ganga’ pero si no se sabe cómo llevarlo puede convertirse en un gran problema. Los docentes, en su gran mayoría, se encuentran desinformados. De hecho, a menudo se muestran desinteresados y manifiestan actitudes de rechazo, confusión e inseguridad hacia un tipo de alumnado al que perciben como una carga añadida, como un trabajo extra y a veces, como una amenaza. Y esto se produce porque no disponen de recursos ni formación específica para tratarlos aún siendo conscientes de que se trata de un alumnado que necesita un tratamiento especial.

Cómo son los estudiantes con altas capacidades

A esto hay que añadir que el sistema educativo no dispone de un plan individualizado para este tipo de estudiantes cuando, por el contrario, sí lo tiene para niños con trastornos de desarrollo intelectual. En este punto, deberíamos reflexionar la razón por la que se produce esta situación. Los niños con altas capacidades no lo saben todo, no sacan las mejores notas; al contrario, necesitan guía, asesoramiento y estímulo porque de otro modo pueden caer en el fracaso escolar. 

estudiantes AACC

Según la doctora Elissa Brown, directora del Instituto Hunter (Centro de Estudios para Talentos), a este tipo de alumno no hay que ofrecerle realizar trabajos adicionales si termina su tarea antes que el resto de sus compañeros ni darle el acceso a fuentes de información y dejar que sea él quien realice la tarea en solitario, ya que resulta contraproducente. Si se cae en este error, es muy posible que el estudiante termine por asociar la idea de que ser más eficiente en la resolución de problemas conlleva como consecuencia un extra de trabajo, y, por tanto, trate de evitarlo buscando adecuarse al nivel del resto de la clase.

El trato de los docentes

En primer lugar, el profesorado debe descubrir en qué áreas de desarrollo tienen un mayor potencial estos alumnos. También es muy importante no dejarles solos en la investigación y realización de tareas, sino plantearles desafíos acordes a su capacidad y hacerles sentir que los docentes están ahí para ayudarles en todo lo que necesiten.

Acompañar al alumno en el proceso, orientarle hacia donde debe emplear sus esfuerzos, recompensarle por sus logros y permitirle que exponga sus conocimientos ante los demás compañeros es probablemente la mejor hoja de ruta posible para que dichas capacidades terminen por desarrollarse. Y es que estimular el pleno desarrollo de sus capacidades potenciales no es simplemente una cuestión académica, es una necesidad desde el punto de vista emocional.

El papel de las emociones en las altas capacidades

Si el alumno se ve obligado a negar su propia condición y tiene que adaptarla al nivel inferior del grupo, se produce un alto grado de frustración ya que será incapaz de aceptarse a sí mismo. Esto provoca problemas emocionales pero, sobre todo, si se da a entender al estudiante que para ser aceptado necesita ser uno más: se estarán poniendo las bases para destruir todos sus talentos latentes.

Si el alumnado con altas capacidades cree que destacar en cualquier tarea lo va a alejar de la aceptación de sus compañeros, hará lo posible por evitar cualquier manifestación que deje patente su potencial, y de este modo, estará enterrando cualquier posibilidad de que su talento sea detectado y estimulado por parte de los docentes: así se provocará un déficit de motivación por parte del alumno y no aprenderá.

En la actualidad, son cada vez más los maestros y profesores a los que les preocupa el mundo de los alumnos con altas capacidades intelectuales ya que ven que la realidad educativa de los centros y aulas no suelen dar respuesta a sus intereses y aptitudes. Hablamos de unos profesionales que abogan por la necesidad de una formación o preparación específica, que les permita conocer las medidas de atención a la diversidad que existen para este alumnado y así satisfacer de forma adecuada las necesidades de los alumnos con talento, superdotados o creativos.

Fuente: educaciontrespuntocero.com

 

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