MINEDU: La Disciplina desde un enfoque de derechos – Gestión Escolar
Tradicionalmente la comprensión y concepción de las niñas, niños y adolescentes se ha caracterizado por formarse a partir de la mirada de las y los adultos. Seles define por su futuro en lugar de entenderlos como una expresión completa de necesidades, pensamientos y acciones cuyo valor está en el presente.
Desde un enfoque de derechos, la disciplina tiene el objetivo de lograr que las niñas, niños y adolescentes actúen desde su propio razonamiento y convicción, en lugar de hacerlo para recibir recompensas o evitar el castigo. En ese sentido, entendemos la disciplina como una capacidad mediante la cual las y los estudiantes desarrollan los razonamientos y juicios morales que les permita cumplir voluntariamente normas, reglas y acuerdos sociales.
Si seguimos un enfoque centrado en los derechos humanos podemos considerar siete principios fundamentales para orientar la educación moral y la disciplina de las niñas, niños y adolescentes:
1) Respetar la dignidad de las niñas, niños y adolescentes.
2) Desarrollar la autorregulación, el carácter y el comportamiento moral.
3) Maximizar la participación de las niñas, niños y adolescentes.
4) Respetar las necesidades propias del desarrollo de las niñas, niños y adolescentes.
5) Respetar las motivaciones y perspectivas de las niñas, niños y dolescentes.
6) Asegurar la equidad y la justicia.
7) Promover la solidaridad.
Motivaciones del comportamiento
El comportamiento de las personas es una expresión de su esfuerzo por satisfacer ciertas necesidades, siempre desde la perspectiva particular con la que cada una comprende y experimenta las situaciones sociales, tanto a nivel cognitivo como emocional.
Si el objetivo de nuestra gestión del comportamiento estudiantil es la educación moral, es importante que al momento de intervenir tengamos en cuenta las principales necesidades sociales que motivan el comportamiento de las niñas, niños y adolescentes. Estas motivaciones son las siguientes:
Autonomía – Desarrollar un sentido de sí mismo como individuo singular. Los niños, niñas y adolescentes expresan su autonomía a través de la autorregulación y la autodeterminación.
Pertenencia – Necesidad de formar parte de un colectivo social.
Importancia – Sentirse necesarios y valorados.
Competencia – La percepción de ser competentes se ve favorecida cuando las y los estudiantes alcanzan sus logros, cuando generan relaciones positivas o solucionan situaciones complejas.
Gestionando la disciplina en el aula
Es fundamental poder implementar la disciplina desde una aproximación proactiva, que garantice un entorno positivo para el aprendizaje y reduzca la probabilidad que aparezcan comportamientos no deseados. A continuación, proponemos algunas estrategias para gestionar la disciplina en el aula de manera proactiva:
1. Contar con normas de convivencia elaboradas participativamente, aplicadas y alineadas a las de la IE y ser consistentes en su implementación y cumplimiento.
2. Relaciones de confianza con estudiantes, que sientan que son reconocidos/as.
3. Preparar clases que motiven y respondan a necesidades de las y los estudiantes.
4. Uso de metodologías que permitan la reflexión y práctica de valores.
5. Permitir que las y los estudiantes asuman responsabilidades y se sientan útiles a su colectivo.
6. Dar a las y los estudiantes la posibilidad de tener éxito, evitar favoritismos.
7. Brindar atención a las y los estudiantes que más la solicitan.
8. Recurrir al apoyo colegiado para problemas de aprendizaje, salud metal o conductas Disruptivas.
Medidas correctivas
Entendemos por medidas correctivas las acciones disciplinarias que tienen por objeto gestionar el comportamiento retador o disruptivo de las y los estudiantes, y fortalecer su capacidad de autorregulación a través de la educación moral, siempre de acuerdo con su edad y nivel de desarrollo, respetando su dignidad y sus derechos humanos.
La función de la persona adulta recae en responder con pertinencia a las necesidades y motivaciones que las niñas, niños o adolescentes expresan a través de sus comportamientos, orientándoles a comprender las causas de sus acciones, a responsabilizarse por las consecuencias, reparar el daño causado y restablecer las relaciones afectadas.
Teniendo en cuenta la disciplina con enfoque de derechos, podemos señalar que, de manera general, las medidas correctivas deben ser:
1. Respetuosas de las diferencias culturales y libres de toda forma de violencia física o humillante.
2. Relacionadas con la conducta que se pretende desarrollar o fortalecer.
3. Reparadoras del daño, tomando en cuenta una propuesta de reparación planteada por el agraviado o agraviada.
4. Precisas, con contenidos y objetivos concretos, claros y comprensibles.
5. Formativas: orientadas a que los/las estudiantes se hagan responsables de sus acciones y con expectativas de cambio claras y positivas.
6. Proporcionales a la falta cometida, teniendo en cuenta la frecuencia y las circunstancias que llevaron a cometerla.
Para implementar medidas correctivas que respeten la dignidad de las niñas, niños y adolescentes sin ningún tipo de maltrato, es necesario que las personas adultas intervengan en calma.
Conscientemente respiro
Acojo y acepto mis emociones y pensamientos y los dejo pasar
Llevo toda mi atención a mi respiración y logro enfocarme en el aquí y ahora
Me cuido
Actúo desde la calma
Estrategias disciplinarias
Mediación de conflictos.- la negociación y una aproximación a la resolución de problemas pueden utilizarse para identificar alternativas comportamentales con la participación de la o el estudiante. Luego de ello debe hacerse seguimiento a sus compromisos y los reforzamientos necesarios.
Restauración.– permitir que el/la estudiante restituya el daño causado mediante una acción directa sobre el problema o alguna actividad que mejore el clima del aula o la escuela.
Programas de habilidades sociales.- módulos cortos o auto-formativos en temas relacionados a los problemas comportamentales (abuso de drogas o alcohol, pandillaje, violencia, el bullying, etc.) o en estrategias para la resolución de conflictos, para la gestión de emociones, para el fortalecimiento de habilidades sociales o para la comunicación apropiada.
Supervisión e involucramiento familiar.- fortalecer la comunicación de las familias y cuidadores/as con tutores de aula, con la finalidad de coordinar las estrategias para el cambio de comportamiento.
Monitoreo del comportamiento.- brindar monitoreo constante al comportamiento y al progreso académico de la o el estudiante, con metas y expectativas claras y realistas.
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— TuAmawta (@TAmawta) March 15, 2023
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