La lectura desde pequeños favorece el vocabulario y la alfabetización

El estímulo de la lectura en la familia enriquece a todos sus miembros.

La escuela juega un papel transcendental en la consolidación y creación de buenos lectores. Sin embargo,  para fomentar  la lectura y generar el placer por leer, las familias pueden aportar muchísimo. Involucrar a los niños en la lectura, desde edades muy tempranas puede despertar su interés por esta, incrementar su vocabulario, y desarrollar sus habilidades para leer y escribir.

Así lo confirma una investigación de las Sociedades Académicas de Pediatría de Estados Unidos, en San Francisco. En ella se vio que el beneficio es a largo plazo: «Lo que están aprendiendo cuando se lee con ellos, incluso siendo bebés, todavía tiene un efecto cuatro años más tarde, cuando están a punto de comenzar la escuela primaria», señala Carolyn Cates, investigadora del departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de la U. de Nueva York y autora principal del trabajo. «Estos hallazgos son emocionantes porque sugieren que leer a los niños pequeños, comenzando en la primera infancia (desde los primeros meses de vida hasta los 4 años), tiene un efecto duradero en el lenguaje, la alfabetización y las habilidades de lectura temprana».

La calidad de las interacciones de  los padres con sus hijos pequeños en el momento de leer, son importantes: conversar con sus hijos sobre el libro mientras leen, hablar  o mirar  las imágenes del texto, compartir las emociones que generaban los personajes del libro.  Estas interacciones generan, además,  mayor seguridad y apego en el niño, debido a que asocia este espacio como un momento afectivo y de disfrute.

Según la investigadora, la cantidad y variedad de libros también predicen un mayor vocabulario y conocimiento de palabras a diferentes edades, comparados con niños que no recibieron un estímulo similar. Para Cates, mientras más veces se lee con el niño, es mejor; pero no existe un número ideal, ya que también depende de la calidad de ese momento. María Liliana Delgadillo, doctora en Educación, concuerda en que la  «Cantidad no tiene relación directa con calidad. Si durante la lectura el adulto está pendiente de otras cosas, no se logra la conexión necesaria para estimular al niño. Aunque sea un tiempo breve, debe dedicarse por completo, con todos los sentidos presentes en ese momento». Solo así, se favorece su aprendizaje y la autoestima y seguridad posterior.

«Mientras más un niño oye o ve lecturas en el hogar, más desarrolla su sensibilidad y su deseo de interpretar conscientemente el mundo». En ese sentido, la familia debe cimentar la construcción de lectores, acompañando el proceso de lectura de sus hijos, sus avances, y animándolos  a explorar múltiples textos.

Recomendaciones para estimular la lectura  en los más pequeños:
Realiza la lectura compartida  con tus hijos. Léeles en voz  en voz alta, fluidamente y enfatizando los tonos emocionales, logran captar y mantener la atención de sus hijos a través de un contexto lúdico y divertido (practica la lectura previamente). Con este tipo de lectura los niños, desarrollan la habilidad de escuchar, aumentando la capacidad de atención y concentración. Para esta experiencia ten en cuenta lo siguiente:

Incentiva al niño o niña a que narre un cuento utilizando sus propias palabras y escucharlo con atención sin corregirlo ni interrumpirlo.

  • Proponle  un título y pídeles que adivine de qué se trata la historia. Por ejemplo, «Juan, y el oso que habla».
  • Estimúlalo a seguir con los ojos la lectura. Para esto, seleccionar textos con letras grandes e imágenes, para que el niño pueda seguir la lectura con facilidad.
  • Léeles todas las veces que el niño lo solicite, de tal manera que domine el vocabulario, aprenda la secuencia de la historia y se vaya encariñando con los héroes y heroínas de los cuentos.
  • Ayúdale a describir qué sienten los personajes de los cuentos, para que entre al mundo emocional de ellos percibiendo los matices de las emociones.
  • Demuestra interés  por lo que el niño o niña te está mostrando.
  • Respeta las necesidades de descanso del niño.
  • No obligues al niño a escuchar lecturas sobre temas que no le interesan.
  • No te rías de los errores de los niños: son extraordinariamente sensibles a sentirse ridiculizados.

Fuentes:

Ministerio de Educación de Chile (2009). Leamos Juntos. Orientaciones para fomentar la lectura en familia. Recuperado de http://www.bibliotecas-cra.cl/sites/default/files/publicaciones/leamos_juntos_ok.pdf

Magdaleno, Marcela (2005). La lectura para el desarrollo infantil. México: Editorial Lectorum.

Post copiado de Perueduca

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