Sí: los mejores deben ser profesores

«Es cierto que hasta hace un década aproximadamente la opción para ser maestro, para entrar a las “Normales”, era sino la segunda, la tercera o última opción para los jóvenes que proyectaban su futuro». Fernando Carrión Justiniano

Escrito por: Fernando Carrión Justiniano

La Paz, 25.02.2019 (UNICOM).- Con mucho agrado, en fecha 17 de febrero en Página Siete, leí un artículo del columnista Andrés Gómez,  titulado: “Sólo los mejores deben ser profesores”, en el que llama la atención sobre la importancia de la profesión del maestro y cómo a esta deben ser orientados “los mejores” bachilleres y ciudadanos dada la sensible y estratégica misión que cumplen en el sociedad.

Es reconfortante compartir el tema en la opinión pública ya que por mucho tiempo la profesión docente fue desvalorada y desprestigiada (aún hoy lo sigue siendo en pequeños grupos de “opinadores” que un día estuvieron, sin ningún resultado, en la administración educativa nacional); el artículo de Gómez coloca en su real dimensión la importancia de revalorar, en la percepción social, en los procesos académicos y en las condiciones laborales, a la profesión del maestro.

Es cierto que hasta hace un década aproximadamente la opción para ser maestro, para entrar a las “Normales”, era sino la segunda, la tercera o última opción para los jóvenes que proyectaban su futuro. Es más, en la época de la ex Ministra Anaya, citada también en el artículo de referencia, las universidades que ganaron las normales en licitaciones mercantilizadas usaban todo tipo de estrategias para llenar, a como dé lugar, las aulas de las normales, ofreciendo todo tipo de facilidades para el ingreso y sin ningún proceso serio de selección de “los mejores” bachilleres para justificar los montos establecidos en sus contratos con el Ministerio de Educación de entonces.

Esa situación ha cambiado y seguirá cambiando; “para muestra, un botón”:

  • Proceso de jerarquización de la profesión docente: En lo académico se viene desarrollando, desde 2010, un proceso -acompañado de una histórica inversión en infraestructura, equipamiento, selección y salarios del personal que trabaja en los centros de formación- que transformó la formación de 3 años, a nivel de Técnico Superior, a 5 años, con grado académico de Licenciatura, pasando de ser “normales” a “Escuelas Superiores de Formación de Maestras y Maestros” – ESFM. Además el PROFOCOM ha brindado el mismo nivel académico con formación complementaria a más del 90% de maestros en ejercicio. A ello se suma la institucionalización de ofertas de formación continua y de formación postgradual. No sólo se ha jerarquizado académicamente la formación inicial sino que se tiende a universalizar en el Magisterio Boliviano la formación postgradual.

La jerarquización también pasa por la mejora de las condiciones laborales: los salarios docentes en los últimos 10 años han tenido un promedio de 8,7% de incremento, dotación de equipamiento, sostenida nivelación de horas, entrega anual de ítemes de nueva creación, respeto a la pertinencia académica.

  • Estas políticas de profesión docente en el Estado Plurinacional de Bolivia han ido revirtiendo paulatinamente la percepción social y la autopercepción de maestro respecto a su profesión. Se ha superado la idea de que el ser docente era una “semi-profesión” de menor exigencia académica y menores condiciones laborales. Ya ninguna autoridad educativa amenaza con sustituir a los maestros con cualquier persona dispuesta a trabajar, ya no hay maestros interinos.

Un efecto de este cambio de situación es la creciente demanda de postulantes a las ESFM, pese a que se ha establecido, con base a una responsable planificación que garantice la inserción laboral, una cantidad limitada de plazas (2.800 a 3.000 por año): Hasta 2016, el promedio de postulantes a las ESFM oscilaba entre 18 mil a 22 mil; en 2017 se incrementó a 28 mil postulantes, en 2018 fueron 36 mil y en el proceso de admisión 2019 sobrepasaron los 51 mil postulantes. El número de plazas se mantiene desde 2016 pero los interesados en el ingreso a las ESFM sigue en aumento. Los procesos de selección han ido también aumentando la rigurosidad y seriedad tanto en las pruebas de aptitud como en las pruebas de conocimientos. Ciertamente hoy es más difícil ingresar a las ESFM que a la universidad.

Con seguridad, además del cambio de percepción social respecto a la profesión de maestro, existen otras variables que explican este crecimiento en la demanda por formarse como maestros, pero es indudable que para miles de jóvenes formarse para ser maestro se ha convertido en la primera opción a la hora de planificar su futuro; esta información está siendo corroborada por un estudio queel Ministerio de Educación ha emprendido para saber quiénes y por qué eligen la carrera docente en los últimos años.

  • Pero no sólo el proceso de selección (“para que los mejores sean profesores”) es cada vez más exigente, los procesos formativos en las ESFM son de dedicación exclusiva y tiempo completo: con asistencia mínima del 85%, con nota de aprobación de 60/100, con 25 estudiantes por aula, con práctica docente durante los 5 años de formación, con actividades formativas integrales complementarias al desarrollo curricular propio de las especialidades.

Más allá de estos hechos concretos, la señal más clara de tomar en serio el valor de la profesión docente es el hecho de que este Gobierno no ha terciarizado la formación de maestros, desligándose de lo que en otras épocas se llamaba “el problema docente”; al contrario con el Presidente Evo Morales, el Estado ha asumido, en su toda complejidad y sus grandes desafíos, no sólo la formación docente sino una política integral de profesión docente que, después de 10 años de mantenerse en forma sostenida, comienza a mostrar resultados históricos.

Fuente: Ministerio de Educación de Bolivia (minedu.gob.bo)

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